lunes, 2 de noviembre de 2015

Los Tutores

Durante la educación secundaria tuve varios tutores, creo recordar que tuve 2 diferentes, uno cada 2 cursos y se llamaban Esther y Raúl respectivamente. Estos tutores eran a la vez profesores de alguna asignatura que cursaba, Esther de Lengua Española y Raúl de Educación Física.  
Tengo un buen recuerdo de ellos pues realmente estaban implicados y comprometidos con los alumnos y atendían con mucho gusto a los padres. Siempre estaban disponibles o hacían lo posible para estarlo tanto para los alumnos como para las familias, incluso concediendo citas fuera del horario lectivo. Además, mostraban gran interés por conocer a los alumnos no sólo académicamente sino personalmente y ayudar en cualquier cuestión necesaria y si algún alumno o el grupo iba mal, se preocupaban bastante, es decir, se tomaban realmente en serio su labor de tutor y nos sentían como responsabilidad suya. 

Personalmente, estos dos tutores que tuve en secundaria, fueron un buen apoyo y motivación para mi durante esos años. Podía consultar con ellos cualquier cuestión fuera o no fuera académica y siempre me guiaron de forma correcta. No solo eso sino que Esther, que fue mi primer tutor (o tutora, para ser más exactos) siguió estando igual de implicada e interesada con algunos alumnos (entre los que me incluyo) a lo largo de toda la secundaria aunque ya no fuera su responsabilidad, podríamos decir que se preocupaba por nosotros como personas más que por alumnos.

También recuerdo que las horas de tutorías eran bien empleadas. En estas horas tratábamos algún problema o conflicto que hubiera surgido entre los alumnos o respecto a los profesores y si no había habido ningún incidente, solíamos debatir sobre cuestiones sociales, políticas, etc., ya que por aquel entonces no teníamos ninguna asignatura de Educación para la Ciudadanía (en parte también porque era un colegio concertado religioso y no existía esa opción al tener Religión y Ética como asignatura obligatoria).  

Sin embargo, mi experiencia con tutores durante el Bachillerato (tanto en este colegio concertado como en el IES público en el que cursé parte del Bachillerato) no fue tan grata. No se contaba con horas de tutoría, no había especial preocupación y compromiso con los alumnos ni con las familias (especialmente en el IES público), y la orientación fue nula o inexistente. A partir de Bachillerato, podría decir que los tutores sólo se preocupaban de los resultados académicos en función de las pruebas de selectividad. Además recuerdo varias amenazas por parte de ellos a causa de mis resultados académicos en algunas asignaturas, sin aportar ninguna solución, ayuda, consejo o motivación ante esos problemas. Por lo tanto, mi experiencia con tutores es bastante variada.

En cuanto a experiencias colaborativas entre los profesores, tan sólo recuerdo la organización de visitas y actividades culturales que varios de ellos organizaban o excursiones de ocio a las que asistían varios profesores como responsables del grupo aunque esto último lo hacían con cierta obligación impuesta por los directivos del centro. 


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