lunes, 19 de octubre de 2015

Descentralización Educativa

En clase hemos debatido sobre la descentralización educativa sin llegar a ningún consenso pues todo tiene sus ventajas y sus desventajas.

Entre las ventajas de la descentralización está la concesión de una mayor libertad para los centros y los docentes para organizar y llevar a cabo los planes de estudio. En este sentido, la labor educativa quedaría en manos de los profesionales de la enseñanza en vez de estar sujeta a unas leyes y normas creadas por personas ajenas al ámbito educativo. En definitiva, implicaría una mayor libertad en contenidos y menos presión para el profesorado.

Como parte negativa de esta medida, debatíamos, está una de las consecuencias más notables que es la desigualdad de conocimientos que habría entre los iguales, es decir, entre los jóvenes, ya que cada uno recibiría una educación diferente con unos contenidos diferentes. Comentábamos que probablemente los contenidos se enfocaran más a lo autóctono de cada comunidad autónoma, pongo por ejemplo que un niño de Castilla y León  no estudiaría lo mismo en geografía (ni al mismo tiempo) que un niño de Andalucía.  Además de esto, contábamos con la posibilidad de que sugieran desigualdades en cuanto a recursos materiales, dependiendo de los diferentes presupuestos.


Educar en casa:



En mi opinión esta alternativa a la educación convencional tiene también ciertas ventajas y desventajas.

Creo que los beneficios de este tipo de educación afectan tanto a la familia como a los hijos. Para la familia supone cierto ahorro económico porque no tiene la necesidad de pagar matrículas, transporte, ni muchos de los materiales que se exigen en una escuela convencional, además de tener un alto control sobre la educación de sus hijos. Para los hijos supone, claramente, una mayor libertad no sólo en cuestión de horarios sino también en el aprendizaje. Este tipo de educación permite que los jóvenes se centren en las materias que más les gusta o interesa y así desarrollar al máximo sus capacidades. Además, reciben una mayor atención y orientación que en una escuela convencional. En definitiva, es una educación mucho más personalizada y optimizada.


Ahora bien, en la otra cara de la moneda está la exigencia y la necesidad de tener presente a un adulto (o bien alguno de los padres o bien un tutor) preparado para esta labor educativa durante todo el periodo educativo. Por otra parte, creo que el no asistir a ningún tipo de escuela puede suponer un inconveniente a la hora de socializar con los iguales puesto que no tendrían tanto contacto con ellos y además podrían no tener los mismos intereses ni el mismo grado de madurez. Pienso que esto podría ser un problema especialmente durante la adolescencia, ya que durante esta etapa de la vida la interacción con los iguales es sumamente importante.  Por último, mientras el sistema no reconozca este tipo de educación, obtener una titulación o un empleo será una labor difícil.


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