lunes, 19 de octubre de 2015

Un Pulso al Fracaso


Un Pulso al Fracaso es un documental emitido por Documentos TV que muestra una realidad del sistema educativo español como es el fracaso y el abandono escolar, siendo España el segundo país de la UE en fracaso escolar. A menudo, nuestro sistema educativo es incapaz de tratar los casos de adolescentes en una situación socioeconómica complicada. 


En este documental podemos conocer algunos casos personales de jóvenes que han sido derivados a una escuela de segunda oportunidad o módulo formativo. En concreto a los centros de la Fundación Tomillo. En la Fundación Tomillo, tratan de encauzar a estos jóvenes hacia el mundo laboral, es decir, les brinda una oportunidad que el sistema educativo convencional ya había desechado para ellos. Para esta fundación, lo realmente importante es el individuo y las circunstancias que le rodean más allá de los planes de estudios y los contenidos.

Si vemos el documental podemos comprobar que la mayor parte de las funciones docentes que dictan tanto la LOE como la LOMCE en su artículo 91 se cumplen en los centros de la Fundación Tomillo. Para que nadie se despiste, estas son las 12 funciones que se recogen en los dos documentos:

  1. Programación y enseñanza de las áreas.
  2. Evaluación del proceso de e/a.
  3. Tutoría, dirección y orientación y apoyo a los alumnos.
  4. Orientación educativa, académica y profesional.
  5. Atención integral del alumnado.
  6. Promoción, organización y participación en actividades complementarias.
  7. Contribución al clima de respeto, tolerancia…
  8. Informar a las familias sobre proceso e/a. 
  9. Coordinación de las actividades docentes, de gestión y dirección.
  10. Participación en la actividad general de centro.
  11. Participación en planes de evaluación.
  12. Investigación, experimentación y mejora de la enseñanza.

En el documental podemos ver que: los alumnos estudian ciertos contenidos educativos además de aprender algunas profesiones y son evaluados; los alumnos están tutorizados y orientados constantemente, recibiendo una atención íntegra y personalizada; en el centro no sólo se les enseña para que puedan tener un futuro laboral sino que también se les educa para que puedan alcanzar una madurez adulta y para que adquieran unos valores de convivencia básicos; están en contacto con las familias de los alumnos ya que son conscientes de que la familia ejerce una gran influencia tanto en la educación como en el desarrollo de las personas; existe una comunicación y colaboración entre el profesorado del centro, que asiste a reuniones en las que reciben cierta motivación para seguir apostando por estos jóvenes y luchando por una enseñanza mejor.



Respondiendo a las preguntas propuestas por el profesor:

De este documental he aprendido que no hay que dejar de lado a aquellos alumnos que consideramos “problemáticos” o que obtienen malos resultados académicos simplemente porque nos resulte difícil lidiar con esa situación o creamos que son un impedimento para cumplir nuestros objetivos dentro del plazo que las autoridades nos exigen. Estos alumnos también tienen derecho a una educación y a un futuro laboral digno. Debemos tener en cuenta que los alumnos que tenemos delante de nosotros son personas con una vida tanto dentro como fuera de las aulas y del recinto escolar, y que estos alumnos “problemáticos” tan sólo son consecuencia de las circunstancias que les rodean. De hecho, los docentes también somos partícipes de su “fracaso” puesto que nuestra forma de actuar y de dirigirnos hacia estos alumnos, muchas veces, no es la más adecuada. Debemos ser conscientes de la influencia que tenemos, ya no sólo sobre los alumnos, sino sobre todas las personas con las que tratamos y tratar de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para reducir la tasa de fracaso escolar o cuando nos encontremos algún caso como el de los jóvenes que aparecen en el documental, ayudarles y orientarles lo máximo posible. No olvidemos que, ante todo, somos educadores.

Con todo esto, me he sentido algo frustrada porque pienso que la situación de estos adolescentes podría haber sido diferente si hubieran recibido una atención y una orientación adecuadas antes de dejar que llegasen al “fracaso”. Por otra parte, me alegra saber que existen centros y servicios como los de la Fundación Tomillo, que tratan de evitar que estos jóvenes sean abandonados a su suerte por el sistema.

Por último, nunca me había planteado la posibilidad de trabajar en un centro así pero la idea no me disgusta. Creo que sería interesante esa experiencia y sería muy gratificante (tanto profesional como personalmente) el poder ayudar a estos chicos y chicas. Creo que ambas partes nos podríamos aportar mucho mutuamente.


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