En esta entrada discutiremos la participación escolar tanto
de alumnos y profesores como padres y madres.
Creo que es un tema importante pues la educación y la
escuela incumbe a todas las partes mencionadas pero existe cierto desinterés o
desinformación ante esto.
A menudo pensamos que la escuela sólo es asunto de los
directivos y otros altos cargos, y que nosotros aquí ni pinchamos ni cortamos.
Pero lo cierto es que nuestra participación es importante y se pueden lograr
grandes cambios. Por lo tanto, la asistencia de todas las partes, ya sean profesores,
alumnos o padres y madres, es necesaria no sólo para defender cada uno sus
derechos e intereses frente a los altos cargos sino también para aportar sus perspectivas
y así lograr una mayor comprensión y, por lo tanto, una mejor convivencia.
Además, incorporar las visiones de estos tres sectores, podrá hacer que el
centro sea más productivo y efectivo en cuanto a sus objetivos.
Por otra parte, aunque la participación no sea masiva sino
más bien escasa, creo que hay una mayor conciencia ante esto por parte de los
profesores y de los padres que por los alumnos. En primer lugar, para los profesores,
existe cierto interés en la participación escolar puesto que afecta
directamente a su actividad y su entorno laboral y creo que a la gran mayoría
le interesa tener un buen ambiente en el trabajo y además que su labor sea
apreciada y se tenga en cuenta. En segundo lugar, el interés de los padres residiría
en cuestiones económicas además de querer lo mejor para sus hijos en casi el
100% de los casos. Como ya he dicho, esto no significa que exista toda la
participación que debería haber por parte de estos dos sectores. Pienso que es
necesario llevar a cabo una mayor concienciación sobre esto, quizás aportando
más información sobre lo que implica la participación escolar y cómo afecta a
todos pero en general haciendo hincapié en los intereses de cada sector porque
creo que muchas veces se comete el error de fomentar la participación escolar
como algo que sólo beneficia al centro y a sus directivos.
Sin embargo, creo que la participación de los alumnos en la
escuela es aún menor que la de los profesores y los padres. De hecho, creo que si este sector participa
en la escuela es por pura obligación, por algo que se les ha impuesto (como la
asignación de unos delegados de clase). En el caso de los alumnos veo más o
menos claro que, salvo contadas excepciones, ninguno conoce todas las
posibilidades que existen de participar en la escuela voluntariamente ni
comprenden de qué manera les puede interesar esa participación ni qué
beneficios puede tener para ellos. Esto puede ser porque los alumnos no ven la
escuela como un lugar donde poder convivir y formarse en el que ellos tienen
palabra y responsabilidad sino como una obligación impuesta. La labor de
concienciación para que se impliquen en la escuela y participen me parece
bastante difícil teniendo en cuenta las razones anteriores y, además, otro
factor que es la visión de futuro que tienen los niños y adolescentes. Creo que
es muy difícil explicar y hacer ver a niños y adolescentes que lo que hagan en
el presente podrá tener efectos y beneficios en el futuro.
En cualquiera de los casos, creo que sería necesaria una
mayor información atendiendo a los intereses propios de cada una de las partes que
se intenta implicar y, además, promover la participación escolar como algo
enriquecedor más que como una obligación y como una actividad productiva y
efectiva en la que sus opiniones y aportaciones tienen mucho valor y se tendrán
realmente en cuenta. A nadie le gusta emplear su tiempo en algo para nada o no
tener voz y ser ignorado.
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